
Me dirigí hacia la cocina, donde se encontraba Juantrola preparando los utensilios de la barbacoa, la cocina era bastante pequeña pero para lo que nos iba a servir carecía de importancia la magnitud de ésta, lo que me llamó la atención fue un pequeño ratoncillo que yacía muerto enganchado al cajetín de la luz, que estaba sin tapar, no se como llegó allí ni si murió electrocutado o no, pero dado el aspecto que presentaba no debió pasarlo muy bien que digamos, al parecer llevaba ya tiempo ahí.
Al salir de la cocina me topé con una puerta cerrada con llave, para mi suerte se habían dejado la llave puesta, así que sin dudarlo un segundo entré a la habitación a oscura para no llamar la atención, tuve que conformarme con la tenue luz que entraba desde el salón, aunque me di cuenta al instante que no necesitaba ninguna luz para entender lo que allí se cocía, inhalé a fondo esa fragancia que solo da la marihuana, aquel cuarto estaba destinado al secado de cannabis, pues me percaté en que la estancia estaba toda ocupada de hierbas colgadas bocabajo.
Me sorprendió la ausencia de dormitorios o de baño en la vivienda, me hacia una idea de donde podrían defecar o de donde dormirían pero ¿y la higiene corporal? ¿Donde se duchaban? eso ya se me hacia mas difícil. Como no habia más nada que ver dentro, decidí salir nuevamente al exterior.
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