
Desconcertado por su conducta no pude articular palabras, estaba aun exhausto por la carrera y me costaba respirar, su aliento acariciaba mi rostro y sentí latir mi corazón desbocadamente, empecé a jadear frenéticamente:
—Shagy ¡no!, para un momento —le imploré.
—Shhh calla tonto —me ordenó y siguió besándome el cuello con impaciencia…
Me alegré de que no me hiciese caso, pues aquello me estaba subiendo la adrenalina, acariciaba su cara con avaricia volviéndome loco cuando empecé a marearme:
—Shagy esperate, que respire… —Me ignoró completamente, intenté apartarla de mi pero sin éxito.
—Shagy para coño ¡¡AHHH!! —sentí una punzada en mi cuello y perdí la noción del tiempo.
—¡Nene, Nene! ¿Cuando te vas a levantar? ¡¡Que son las 5 de la tarde ya!! —me decía mi madre a gritos desde el salón. No me acordaba de nada, no tenía ni idea de cómo terminó la noche ni como llegué a mi casa ni cuando, además tenía todo el cuerpo magullado y no sabía porque, tenía la sensación de haber recibido una paliza, ¿que es lo que había ocurrido? Fui al baño para asearme y cuando me miré en el espejo me estremecí al ver mi imagen, tenía los brazos cubiertos de cardenales y lesiones en la cara. —Dios Shagy ¿que me has hecho esta noche? —me dije. Agarré mi móvil para mirar la hora y tenia un sms de Shagy…
“Recuerda el viernes en tu cochera a las 11 botellón que te recuperes muaks”
Seguía sin recordar nada pero al menos esperaba que ella me aclarara las cosas.
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